Según Brünner, “La hipótesis más radical y de mayor generalidad formulada hasta aquí a este propósito postula que las redes “constituyen la nueva morfología social de nuestras sociedades, y (que) la difusión de la lógica de  redes sustancialmente modifica la operación y resultados de los procesos de producción, experiencia, poder y cultura”.[1]

      De lo anterior se desprende que en la actualidad la educación no puede reducirse únicamente al ámbito escolar, aunque la escuela continúa siendo el principal espacio para el proceso educativo.

     Los cambios en la sociedad han producido que se plantee la reestructuración de los modelos educativos en la mayoría de los países, bajo la perspectiva de las nuevas demandas de formación de la sociedad y considerando el papel relevante de la tecnología de la información y del conocimiento, redefiniéndose el papel de la escuela por su capacidad para formalizar nuevos pactos con los otros agentes socializadores así como para preparar al individuo en el uso conciente, crítico y activo de los aparatos que se utilizan para la acumulación y  transmisión de la información y la construcción del nuevo conocimiento.

     La estructura de la red  constituye una valiosa oportunidad para la integración de comunidades de aprendizaje que permitan el intercambio académico en todos los niveles.

      Si bien en la sociedad red el conocimiento se puede adquirir con la tecnología y mediante la utilización de los medios y las máquinas procesadoras de la información (Internet y ordenadores), el profesor y el estudiante pueden humanizar la relación y el entorno del ambiente educativo mediante la integración de foros de discusión y de intercambio académico que conformen una comunidad virtual de aprendizaje.