Castells, Manuel (1999). “La era de la Información”

Según Castells, “los principales ejes de la transformación tecnológica en la generación, procesamiento y transmisión de la información se ubican en la innovación de los tres principales campos tecnológicos que constituyen la historia de las tecnologías basadas en la electrónica: la microelectrónica (microprocesador), los ordenadores (microordenadores con software adaptado a su funcionamiento) y las telecomunicaciones (optoelectrónica: fibras ópticas/transmisión por láser y paquetes digitales)”¹

      Según el autor, el desarrollo  global de la televisión, el Internet y los multimedia ha dado lugar al surgimiento del nuevo paradigma de la tecnología de la información, que se caracteriza por el uso de la tecnología sobre la información, la capacidad de penetración individual o colectiva en el ámbito global, la lógica de interconexión a través de redes globales, su capacidad para reconfigurarse y la convergencia creciente  de tecnologías específicas en un sistema altamente integrado.

      También sostiene que el desarrollo de las tecnologías de la información y la evolución globalizada de la sociedad han originado la reconfiguración de las actividades económicas, comerciales, políticas, culturales  y científicas las cuales actualmente se encuentran organizadas en forma de redes, lo que ha dado lugar a una reorganización de la estructura social.  

     Se afirma lo anterior porque actualmente podemos observar  que la economía se organiza en redes globales de capital, gestión e información, de la misma manera que las empresas comerciales, industriales, bancarias, de información, etc., se organizan en alianzas internacionales que constituyen redes que no tienen límites geográficos.

     Esta nueva sociedad red sigue siendo una sociedad capitalista, pero este nuevo capitalismo presenta dos diferencias fundamentales: es global y se estructura en torno a una red de flujos financieros.

     Estos cambios han originado una nueva división del trabajo y han modificado las capacidades y competencias que las empresas exigen de los trabajadores para el desempeño de las actividades para las que son contratados, lo que a la vez repercute en las necesidades de capacitación del trabajador.

      Por otra parte, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, han propiciado cambios en la percepción que tienen las personas del tiempo y del espacio, a este respecto Castells plantea la siguiente hipótesis:  

 “Las funciones dominantes de la sociedad red  se organizan en redes pertenecientes al espacio de los flujos, que las enlaza por todo el mundo, en tanto que  fragmenta las funciones y a la gente subordinadas en el espacio múltiple de los lugares, compuesto por localidades cada vez más segregadas y desconectadas entre sí. El tiempo atemporal parece ser el resultado de la negación del tiempo, pasado y futuro, en las redes del espacio de los flujos.”[1]

 Los tiempos que tradicionalmente las personas dedicaban al estudio, al trabajo o a la diversión se han transformado en la actualidad, así como los espacios en donde  acostumbraban realizarlos.

En la sociedad actual, se puede observar una crisis de legitimidad en las instituciones con relación a su significado y función actuales en comparación con su concepción original, esto se ha debido a una serie de procesos, entre los que se destacan los siguientes: 

• Pérdida de la soberanía del Estado-Nación
• Ruptura entre el contrato social entre el capital, el trabajo e el estado
• Desvanecimiento del movimiento obrero
• Pérdida de la imposición conductual de las iglesias mayoritarias
• Alteración de la transmisión de valores de generación en generación

Como resultado de estos procesos se redujo el dominio de las instituciones de la sociedad sobre los actores sociales, afectándose el poder de convocatoria de los partidos políticos, los sindicatos, las confederaciones de trabajadores, pero sobre todo el papel socializador de la familia y de la escuela, lo que se tradujo en pérdida de la identidad legitimadora y en el surgimiento de la identidad de proyecto. 

En la nueva sociedad, la familia, la escuela y en general el contexto formativo y cultural se ven afectados por las nuevas posibilidades de adquisición y construcción de identidades y de conocimiento que proporciona el uso y aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. 

     En términos generales, pueden distinguirse dos tipos de individuos en la  sociedad red, los “incluidos” que forman parte de los ciudadanos globales que se han integrado al espacio de los flujos, y los “excluidos”, las personas que se resisten a ser privadas de sus derechos económicos, culturales y políticos y tienden a conformar las llamadas identidades comunales o de resistencia.

     En la nueva sociedad de la información, del conocimiento o sociedad red, como la llaman los diferentes autores, los cambios y avances tecnológicos y del conocimiento se llevan a cabo de manera continua y a grandes velocidades. Los productos de la tecnología en todos los ámbitos son rápidamente sustituidos por otros nuevos, como resultado de la carrera por la competitividad y la lucha por el control de los mercados realizada por las grandes empresas internacionales.

     Por otra parte, las nuevas formas de organización de la sociedad se apoyan en el uso del conocimiento y de los factores culturales para el desarrollo de las actividades productivas y sociales.